Los comienzos de nuestra amistad

Berni - Manifestación (1934)

Berni - Manifestación (1934)

Si decimos que la amistad es una de las maneras más comunes que tienen las personas de relacionarse entre si a lo largo de la vida no nos ha de extrañar pensar que la misma, tal como la como la conocemos hoy, se remonta a los comienzos de la civilización.  Desde viejos poemas Babilónicos hasta las múltiples referencias de la cultura popular, pasando por los griegos, las enseñanzas de la biblia, la literatura clásica, la música y el cine entre otras tantas cosas. La amistad y el compañerismo se respiran día a día, nuestra manera de interactuar con otros nos enriquece en experiencia e influye en nuestra personalidad.

Aristóteles menciona que existen tres tipos de amistad: por interés, por placer y por el bien; pero solo la que surge por el bien merece llamarse amistad. No es nada raro que los argentinos seamos de los que más valoramos estos vínculos por el bien. Esto no quiere decir que no tengamos amistades por interés, pero si algo es cierto es que de cualquier manera que comience siempre queremos que sea por el bien. La amistad se demuestra en la preocupación por el amigo, interesándose por su bienestar, por sus problemas y logros. Por esto procuramos reunirnos, comunicarnos o convivir con él. Un amigo es el que está en todo momento, el que te levanta cuando estás decaído.

El hecho de que este vinculo este tan arraigado en nosotros se debe en gran parte a las inmigraciones que poblaron nuestro país. Primero fueron los que llegaron a fines del siglo XIX con la esperanza de la tierra prometida y luego con aquellos que huían del hambre y la guerra a principios del XX. Cientos de miles de personas bajaron de algún barco y se encontraron frente a una vasta tierra y la hostilidad de las clases políticas. La miseria y la humillación que compartieron los llevo a unirse y exigir sus derechos, unidos lograron crear una incipiente clase media argentina y partidos políticos que representaban sus intereses. De esta manera la vida social argentina comenzaba a acelerarse. Luego, durante los periodos de guerras mundiales, otra oleada de europeos llegaron a estas costas. Con la dificultad de conseguir trabajo se establecieron en la ciudad y sus alrededores donde se apiñaron en conventillos. Muchos llegaron solos y obligados a vivir junto a personas de otras colectividades sembraron las raíces del compañerismo que se extienden hasta nuestros días.

Para los argentinos la amistad es indispensable y en estos tiempos de redes sociales, donde cualquiera puede ser “amigo” de quien quiera sentado frente a un monitor, creo que nunca dejaremos de disfrutar una tarde de mates o una pizza con cerveza los viernes por la noche. Cara a cara, donde los sentimientos pueden expresarse con una risa o una palmada de aliento, allí reside la verdadera amistad.

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